Dalt Vila, la antigua ciudad amurallada de Ibiza

Este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ofrece vistas panorámicas y una colección de tesoros, misterios y descubrimientos con más de 2.500 años de antigüedad.

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En lo alto de una pequeña montaña junto al mar, el casco antiguo fortificado de Dalt Vila, con la catedral en lo alto, domina el paisaje de la ciudad de Ibiza.

Desde su posición privilegiada, Dalt Vila, que se traduce por Ciudad alta," contempla las preciosas calles sinuosas de los antiguos barrios pesqueros y el resplandeciente puerto de abajo.


Murallas, plazas y callejuelas

En la colina donde se asienta Dalt Vila hoy en día, los fenicios, que los romanos llamaron púnicos, fundaron la ciudad de Ibossim. Más tarde se convirtió en uno de los centros comerciales más importantes del Mediterráneo occidental.

A lo largo de los siglos, más civilizaciones, como los romanos y moros comenzaron a asentarse influyendo en su arquitectura, crecimiento y desarrollo posterior.

Lo más imponente de ellos son las murallas defensivas del Renacimiento que rodean Dalt Vila. Mandadas construir por el rey Carlos I y el rey Felipe II de España para defenderse de las invasiones de franceses y el imperio otomano, su exitosa resistencia es ahora una vista preciosa y atemporal para que todos las disfruten.


Explorando Dalt Vila

Explorar este gran crisol de historia, edificios antiguos y murallas puede ofrecernos horas de entretenimiento. La mejor forma de visitarla es a pie, donde podrás caminar por las estrechas, sinuosas y a veces empinadas calles empedradas y maravillándote con las magníficas vistas desde las saeteras de las altas murallas y las diferentes terrazas que hay en cada nivel.

La ciudadela sigue siendo un barrio muy animado, con muchos residentes que conviven con preciosos hoteles boutique, restaurantes románticos y pequeñas boutiques de moda. Al pasear por sus estrechas calles, se puede ver ropa tendida en balcones con barandillas de hierro forjado, y las buganvillas rosas en flor contrastan con las casas encaladas.

Dalt Vila es un tesoro lleno de sorpresas y momentos perfectos para hacer fotos en cada esquina. A veces, los mejores descubrimientos se producen cuando simplemente se pasea sin rumbo fijo. Recomendamos llevar calzado cómodo para poder perderse entre los numerosos y hermosos recovecos durante todo el día.


Excursiones y rutas guiadas

Para obtener una visión más profunda y un poco de orientación a la hora de recorrer este encantador laberinto, considera la posibilidad de unirte a una de las visitas guiadas a pie gratuitas. Están dirigidas por lugareños expertos que darán vida a las antiguas piedras con fascinantes relatos históricos y anécdotas del pasado.

Si prefieres caminar a tu propio ritmo, hay muchas placas informativas en varios idiomas repartidas por todo el recinto. Te brindan la oportunidad de aprender a tu aire y crear tu propio viaje personalizado a través del tiempo.

Para más información, dirígete a la oficina de turismo situada en la plaza junto a la catedral, en la parte alta de Dalt Vila.


Puertas de la ciudad, plazas y bastiones

Desde la cima de la ciudadela podrás disfrutar de unas vistas magníficas, así como hacer descansos en lo alto de las murallas y las amplias explanadas que te vas encontrando durante el ascenso. El espectacular portal de entrada principal, con una pendiente considerable, da paso al puente levadizo Portal de Ses Taules, que conduce a un bonito patio adoquinado.

Entrando por el portal se accede directamente a la Plaza de Vila, o plaza principal, donde encontrará numerosos restaurantes, boutiques y pequeñas tiendas de productos artesanales. Si continúas hacia la izquierda por la Calle Sa Carrosa, llegarás al Baluarte de Santa Lucía. De camino, verás una estatua de bronce sentada; se trata del párroco e historiador ibicenco Isidoro Macabich, la primera persona que estudió el pasado de la isla en profundidad. En su honor, muchas calles en Ibiza llevan su nombre.

Otra entrada al casco antiguo fortificado se encuentra detrás de la Plaza del Parque, por donde puedes subir a través del Carrer del Comte de Roselló, que también conduce al Museo de Arte Contemporáneo. Aquí, dos plantas más abajo, también podrás ver los vestigios de una antigua casa fenicia. De hecho, fueron los fenicios quienes fundaron esta fortaleza impenetrable que comerciaba con sal, plata, lingotes de oro y exquisiteces de aquella época como el pescado en salazón.

Detrás de la Plaza de Reina Sofía encontrarás otra entrada a Dalt Vila. El Portal Nou es un túnel de 50 metros de largo con escaleras que suben a la Plaza del Sol, una pequeña y encantadora plaza con restaurantes y pequeños bares pintorescos. Desde la Plaza del Sol, puedes subir por las murallas a la catedral en la parte superior o descender a la anteriormente mencionada plaza principal, Plaza de Vila, pasando por zonas residenciales donde puedes vislumbrar los pisos y patios donde la gente sigue viviendo en la actualidad.


El patrón de la ciudad, San Ciriaco

Los catalanes fueron los primeros en penetrar la ciudad desde dentro, lo que supuso el fin del dominio árabe. Tal y como cuenta la leyenda, el hermano del emir que gobernaba en Ibiza sentía envidia de su hermano, razón por la que le traicionó y le entregó a los catalanes. Les contó la existencia de un túnel secreto en una pequeña capilla, que más tarde fue bautizada como la capilla de San Ciriaco, el santo patrón de la ciudad.

Podrás encontrar la salida del túnel detrás de los bares de la empedrada Calle Mayor, que sube hacia la catedral. El 8 de agosto es el gran día de la ciudad, que cada año celebra la caída de los moros con un gran castillo de fuegos artificiales.


Restaurantes

Cenar a la luz de las velas en un castillo medieval bajo las estrellas del Mediterráneo... ¿puedes imaginar algo más romántico? Hay una amplia oferta de restaurantes en Dalt Vila. La terraza del restaurante La Plaza, en la Plaza de Vila es una opción perfecta para una cena romántica. Si sigues subiendo hasta la Plaza del Sol, encontrarás el pequeño bar-restaurante S'Escalinata, con unas vistas panorámicas fabulosas, donde relajarte en sus pufs distribuidos por los escalones adoquinados.


La catedral

Si te asomas de las almenas de la Catedral de Nuestra Señora de las Nieves obtendrás unas vistas panorámicas magníficas de la ciudad, del puerto y del mar, que se extiende hasta la vecina isla de Formentera. Si miras para abajo, verás las tejas rojas de la cúpula de la Iglesia de Santo Domingo, que data del siglo XVI. Desde aquí, también podrás ver la estatua del General Joaquín Vara de Rey, el héroe ibicenco de la Guerra de Cuba, que se erige soberbiamente en el centro del paseo que lleva su nombre.

En la plaza de La Catedral también podrás visitar el Museo Arqueológico de Ibiza, que cuenta con una gran colección de restos de la época de los fenicios y los cartagineses, encontrados en la Necrópolis de Es Puig des Molins, donde hay otro museo. Ibiza cuenta con una de las colecciones mejor preservadas de reliquias fenicias del mundo, que podrás visitar en ambos museos.


Tesoros ocultos

Se ha descubierto (en 2002) una habitación que ocultaba una salida desde el castillo de Ibiza en Dalt Vila, llena de alfarería, armamento y otros objetos de uso cotidiano en la isla desde los tiempos de los fenicios hasta el mismo siglo XIII.

La sala conectaba 2 torres del castillo durante la ocupación árabe de la isla y era utilizada supuestamente como medio de escape cuando la población sufría ataques. Era costumbre llenar esa estancia con tierra para bloquear la entrada a la acometida de los atacantes.

La teoría dice que la victoria de los caballeros cristianos venidos de la península llevó al olvido a esta habitación hasta su reciente descubrimiento. Los objetos se han conservado maravillosamente bien y están dando una información muy valiosa a los arqueólogos sobre la vida en la Ibiza de la época.


Fiestas en este entorno medieval

Una vez al año, coincidiendo con el inicio de la temporada de verano, se celebra la Gran Final de la IMS (International Music Summit), una fiesta muy especial que tiene lugar en el Baluarte de Santa Lucía. A medida que el sol se pone, grandes DJs internacionales se juntan en un escenario al aire libre mientras bailas y disfrutas de las espectaculares vistas sobre la ciudad, el puerto y el mar.

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