Octubre es la época del año en que las discotecas cierran sus puertas, marcando el final de la temporada. Y lo que es más importante para algunos, es cuando el mejor festival de jazz de la isla regresa para su edición anual.
Dejando de lado cualquier otro compromiso social, nos preparamos para una noche de música ecléctica y dulces melodías en la noche más importante del festival. El sábado prometía un conjunto de artistas excepcional, conocido como la "Explosión de Jazz de Nueva York/Ibiza". Liderados por Ricky Ford, este grupo parecía estar listo para ofrecer aventuras sonoras excepcionales.
El propio Ricky Ford es una leyenda viva de la escena del jazz. Ha estado activo desde los años 70, cuando tocó con bandas legendarias como Duke Ellington, bajo la dirección de Mercer Ellington, y con Charles Mingus. En resumen, una auténtica leyenda viva. Otros músicos de la banda eran igualmente famosos: junto a Ricky al saxo estaban Eric Person; Omar Kabir a la trompeta; Tal Cohen a los teclados; Doug Weiss al bajo; y Marc Miralta a la batería.
Lamentablemente, debido a las recientes inundaciones, el concierto tuvo que trasladarse de su sede habitual, El Teatro, a la sala de conciertos del lujoso Hotel The Standard , en el corazón de Ibiza. Las luces brillantes y los huéspedes del hotel crearon una atmósfera diferente a la magia del Teatro. Por suerte, las preocupaciones duraron poco. Tras una breve presentación de los gurús del festival, las primeras notas sonaron en los altavoces y nos transportaron de nuevo a otro mundo: un mundo creado por música de alta calidad, interpretada por artistas de primer nivel.
El concierto comenzó con interesantes piezas de jazz, donde la banda ofreció un relajante repertorio de notas y los saxofonistas pudieron expresarse libremente, creando hermosos pastiches musicales con interesantes momentos vanguardistas. El dúo de saxos abarcó un amplio horizonte musical, brindando muchas sensaciones musicales interesantes, mientras que la banda siguió su ritmo, sin perder el ritmo ni cometer errores. Tocaron de forma muy orgánica, creando una experiencia acústica muy agradable para todos los presentes.
En un abrir y cerrar de ojos, la primera parte terminó.
Después de 20 minutos, la banda regresó y el tono del concierto cambió por completo. El ambiente era más enérgico y ahora había espacio para que todos los instrumentos brillaran. Los solos se convirtieron en la norma. Los solistas sabían lo que hacían, explorando con maestría piezas musicales increíbles que eran a la vez desafiantes y entretenidas. Personalmente, nos gustó más la segunda parte, ya que el ambiente era sin duda más explosivo.
Siguieron varias improvisaciones, y la cantante La José subió al escenario para improvisar algunas notas para la música de estilo latino. Incluso trajeron a la baterista Patti Ballinas, quien realmente iba en serio. Los últimos temas fueron ganando intensidad en un crescendo musical que nos llevó a un viaje magníficamente sincopado a través de la música.
Finalmente, perdimos la noción del tiempo mientras el río de notas nos arrastraba, curiosos por ver adónde nos llevaría. La magia invadía la sala y todos movían las manos o los pies, disfrutando del momento que estos grandes artistas creaban ante nuestros ojos. El final llegó demasiado pronto, pero la gente no quería irse sin un bis. Lo conseguimos, y fue pura felicidad.
El Festival Jazz Point es mucho más que un simple festival de jazz; su misión es mantener viva la música. Dale una oportunidad, incluso si no te apasiona el jazz, ya que la buena música es un lenguaje universal y todos pueden disfrutarla. La atmósfera que crea esta música es única y los músicos que la interpretan, especialmente a este nivel, son verdaderos artistas que merecen elogios y atención.
Gracias al Jazz Point Festival , otro año ha pasado, pero la música permanecerá con nosotros para siempre.
Palabras: Stefano Lariccia
