Reseña del restaurante: LU•UM, cócteles innovadores, cocina internacional al horno de leña y una cálida bienvenida.

Esta estrella en ascenso en la escena gastronómica del Norte se está convirtiendo rápidamente en el lugar de moda.

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A medio camino entre Santa Eulalia y San Carlos se encuentra LU•UM , un elegante bar de cócteles y restaurante con parrilla de leña. Nuestro equipo fue a cenar allí para comprobar si estaba a la altura de las expectativas.

En la cultura maya, Lu Um se refiere a tierra, suelo o tierra. Es perfecto para este restaurante, ya que la abundante tierra roja de la isla es el origen de gran parte de la deliciosa comida que sirve.

El menú de LU•UM ofrece cocina mediterránea con toques de la cocina peruana y de Oriente Medio. Es pequeño, pero su presentación es exquisita.

Entre sus muchos platos deliciosos, las verduras asadas de origen local, a menudo subestimadas, son una auténtica revelación. Pero hablaremos más sobre ellas más adelante…

LU•UM empezó como un pequeño restaurante con solo interior. Tras adquirir la mueblería contigua y una amplia renovación, se ha expandido. ¿El resultado? Un espacio acogedor que alberga un acogedor bar de cócteles, una zona de tapas con mesas, una pequeña boutique de moda y un amplio interior ideal para grandes grupos y eventos.

La boutique de moda del lugar

La boutique de moda

La decoración se mantiene fiel a sus raíces terrosas. Piensa en paredes en tonos terracota, mesas y sillas de pino de líneas limpias y lámparas bajas de rafia, que crean una sensación general de armonía rústica.

En el exterior, hay una zona de cócteles y tapas con cómodos sillones, una gran terraza a la sombra para cenar (con la parrilla de leña a un lado) y un pequeño jardín de hierbas.

El encantador parque infantil encantará a los más pequeños.

Todo esto se une para crear un ambiente relajado y hogareño que invita a charlar con amigos mientras disfrutan de un cóctel de autor, recorrer la tienda, admirar el verde entorno y disfrutar de una comida con calma al más puro estilo mediterráneo. En otras palabras, un estilo bohemio sin complicaciones.

Nuestro viaje al mundo de sabores de LU•UM comenzó en el jardín, con una incursión en su intrigante carta de cócteles.

En manos de la experimentada mixóloga Marta, los cócteles de autor de LU•UM son una obra de arte. La combinación de colores, aromas y sabores fue irresistible.

En la imagen, Delirium, con infusión de tequila, La Yayita (con jerez amontillado y vermut blanco aromático) y Amber, una refrescante y chispeante bebida sin alcohol, con jarabe de jengibre y jugo de lima.

Sentados a la sombra de los árboles, bebimos nuestros aperitivos, disfrutando del momento.

El salón de cócteles al aire libre era el lugar ideal para disfrutar de unas tapas, uno de los puntos fuertes del local.

La carta de tapas es una pequeña pero perfecta selección de delicias. Puede que no tenga más de ocho platos, pero, ten por seguro, cada uno es exquisito.

Ricas y distintivas, es asombroso pensar que una diminuta anchoa pueda desatar un sabor tan increíble. En contraste con el crujiente brioche y la suave mantequilla ahumada, estas diminutas lonchas eran realmente impactantes.

Se le puede perdonar por pensar que las patatas bravas son un alimento básico y común de las cantinas españolas; en LU•UM se elevan a otra dimensión: papas españolas crujientes y esponjosas con huacatay (salsa verde peruana) y alioli anticucho picante y ahumado.

El pescado tempura venía con una mayonesa amarilla que le daba un toque ligeramente picante.

El bistec tártaro bikini estaba compuesto de carne jugosa y carnosa, acompañada de patatas fritas crujientes y, ¡agárrense!, una mayonesa espesa de carbón. ¿Qué se les ocurrirá a estos gourmets?

Siguiente parada: el comedor interior. Su cálida decoración, su sutil iluminación ambiental, las charlas informales y los ruidos satisfechos de los comensales nos indicaron que estábamos en el lugar indicado.

¡Es hora de que las verduras brillen! Recién salidas de la parrilla, donde se terminan de cocinar, las berenjenas asadas en una salsa cremosa con miso y nueces caramelizadas nos recordaron lo buenos que pueden ser los productos locales en buenas manos.

Casi demasiado atractivas visualmente para devorarlas, las vieiras asadas, presentadas sobre una cama de ají amarillo, desaparecieron en un instante.

Llegaron dos platos principales más: un suculento entrecot elaborado con la mejor carne argentina. Perfectamente cortado, los bordes se sellaron a fuego abierto para conservar el sabor y la jugosidad de la carne. El toque final: la mantequilla aromática que lo suavizó.

Igualmente tentador, el atún parpatana (un corte especial de la región de Cádiz) fue el siguiente plato. Cada bocado celestial nos transportó a las frescas aguas del estrecho. Venía con una rica salsa de tomate y pimientos picantes encurtidos.

Saciados y, ya enamorados, nos lanzamos a por el postre. La pana cotta de apio con manzana verde e hinojo era como satén líquido.

Acompañado de aceite de oliva de primera calidad y sal marina, el postre de chocolate sobre pan casero ligeramente tostado rezuma decadencia.

El personal de servicio en LU•UM es experto, atento y accesible, mientras que la presencia de los encantadores anfitriones españoles/persas marca toda la diferencia. Locales, residentes y visitantes por igual.

LU•UM es un lugar conmovedor para conectar, celebrar y crear recuerdos imborrables. No es de extrañar, pues, que, en su corta trayectoria, ya haya consolidado una clientela estable de lugareños, residentes y visitantes.

Para reservar su mesa diríjase a LU•UM .

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