Reseña de restaurante: Beachouse: comida bañada por el sol, ambiente bohemio, alma de chiringuito

Donde la elegancia culinaria se fusiona con la brigada descalza.

Playa d'en Bossa, 13:30 h. Era uno de esos días de verano calurosos en los que incluso aparcar es un suplicio. Menos mal que el impecable servicio de aparcacoches de Beachouse es una bendición.

Cruzamos la pasarela de madera hasta el fresco vestíbulo, donde los recepcionistas sonrientes nos saludaron y nos mostraron nuestra mesa junto a la playa en la larga terraza a la sombra.

El mobiliario y la decoración boho de Beachouse están bien integrados, e incluso el personal, vestido con su uniforme rústico, complementa el ambiente.

El Provence Breeze, dulce, agrio y herbáceo: un cóctel sin alcohol de Tanqueray 00, perfecto para el día.

Hora de relajarse y contemplar el entorno. Las olas turquesas brillando tras las tumbonas. La arena resplandeciente. El azul infinito del cielo sobre Ibiza.

En cuanto a nuestros compañeros comensales: parejas felices, grupos de amigos y familias de vacaciones, todos charlando y sonriendo, todos viviendo el momento, al estilo Beachouse.

La suave banda sonora incluye melodías etnotribales de ritmo tranquilo, ideales para un almuerzo relajado. El ambiente es relajado y animado.


En la parte trasera, hay una zona de juegos dirigida por supervisores, repleta de pequeños radiantes. De camino, una elegante boutique ofrece un tesoro de ropa de playa artesana para la diosa que llevas dentro.

Buen ambiente garantizado para todos.

Decir que el servicio fue atento es quedarse corto. Cada vez que un compañero se levantaba de la mesa, en cuestión de segundos, nuestra camarera se apresuraba a doblar y volver a colocar la servilleta con destreza y a llenar todos los vasos.


Apenas habíamos terminado nuestras bebidas cuando aparecieron los entrantes.

Tomate ibérico, salsa remoulade mediterránea y patatas agrias asadas al carbón. Sencillo, modesto e irresistible.

Estas lonchas sedosas de carpaccio de ventresca de atún rojo en vinagreta de chalotas se agotaron tan rápido que un miembro de nuestro equipo se quedó sin ellas. ¡Ay! Sin duda, un ejemplo de "dejar que el producto hable por sí solo".

Nos enfrentamos al eterno dilema: ¿qué vino elegir? La experta sumiller nos sugirió una botella de Impromptu Rosado, un pinot noir español. Fresco y seco, fue el acompañamiento perfecto para un almuerzo en la playa.

Tortilla española con trufa negra

El plato nacional español (sin resentimientos, paella) reinventado para los sofisticados.

Croquetas de espinacas y piñones con salsa harissa. Una explosión de sabor: al abrirlas, estas crujientes y deliciosas croquetas desbordaron su espeso y picante contenido sobre el plato. ¡Gritos de aprobación!

Arroz meloso de gambas rojas

¡Por algo se le llama meloso! Arroz cocinado con maestría sobre una base de sofrito, coronado con gambas rojas de la zona, presentado a la perfección en una sencilla cazuela de barro.


Barra de chocolate con praliné de avellana, crujiente de galleta y financier de cacao. Un lingote de rico chocolate negro con un relleno de praliné supersuave, crujientes trocitos de galleta y copos de oro. ¡Como ganar la lotería!

La joya de la corona nos pilló desprevenidos. Servido en una elegante copa, el firme cubo de helado de pistacho nos provocó gritos de alegría. Nuestro camarero procedió a verter un denso coulis de chocolate por encima, creando un exquisito efecto marmolado. Otra obra maestra de sabor y forma.


Al ser una de las experiencias gastronómicas más exclusivas de Ibiza, en Beachouse, tendrás que pagar un precio acorde. Sin embargo, estamos seguros de que no te arrepentirás de ese capricho ocasional que recordarás durante años.

¡Que aproveche!

Y no te olvides de reservar con antelación: una cena junto al mar tan buena se agota rápido.

FOTOS | Peter Young

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