Si bien Ibiza es mundialmente famosa por su vida nocturna, lejos de los clubes, la isla esconde otra cara igualmente emocionante.
Combinando saltos desde acantilados, natación y escalada en roca a lo largo de la espectacular costa noreste de la isla, el coasteering ofrece una forma única de experimentar la belleza natural cruda de Ibiza.

Con aguas cristalinas abajo, acantilados calentados por el sol arriba y guías expertos de Coasteering Ibiza liderando el camino, es una aventura que equilibra la adrenalina con el descubrimiento, dejándote con una nueva perspectiva de la isla y un impulso de confianza a juego.
Nuestro grupo estaba formado por dos de los miembros más atrevidos del equipo de Spotlight y tres adolescentes intrépidos, todos con ganas de superar sus límites. Para llegar allí, hicimos un impresionante recorrido en coche por el soleado paisaje de Ibiza hasta Pou des Lleó , en el tranquilo norte de la isla.
En el punto de encuentro, nuestros guías profesionales Lauren y Marcos nos equiparon con todo el equipo necesario: traje de neopreno, casco, pantalones cortos, chaleco salvavidas y pies de gato. Su profesionalismo y desenfado nos tranquilizaron a todos, y tras una breve explicación sobre técnicas de salto seguras (y el importantísimo toque en el casco para indicar que todo estaba bien), estábamos listos para partir.
Una corta caminata nos llevó a la orilla, donde comenzamos con un simple salto de rana antes de nadar hasta un afloramiento rocoso. Allí nos indicaron que probáramos el clásico "cañón". Los tres jóvenes de nuestro grupo lo lanzaron con entusiasmo, creando cada uno un chapoteo tremendo, seguido del pequeño tsunami de Marcos.

Siguiendo bordeando la costa, nos dirigimos a nuestro siguiente punto de salto, escalando la empinada pared rocosa, listos para afrontar nuestro primer gran salto. A unos 4-5 metros de altura, nos indicaron que hiciéramos un clavado de lápiz, turnándonos para saltar. Era evidente que la ruta estaba cuidadosamente diseñada para ganar confianza, con saltos que aumentan gradualmente de altura, permitiendo que cada uno progresara a su propio ritmo.
Para nuestro siguiente desafío, nuestros guías nos guiaron a través de un impresionante arco natural antes de ascender por la pared rocosa hasta nuestro punto más alto. Las opciones eran claras: una cornisa natural de unos 8 metros o la altura total del acantilado, de 10 metros. Para sorpresa de nadie, los intrépidos adolescentes se lanzaron directamente al salto más grande, lanzándose al aire sin miedo. Los dos aventureros de Spotlight, KT y Luke, por su parte, optaron por la caída un poco más baja, pero no menos emocionante.
En esos momentos, el instinto nos grita que nos contengamos, pero el aliento de los guías facilita acallar la vacilación. Con una respiración profunda y un paso decidido, cada salto convertía el miedo en euforia.
Con sonrisas por todas partes, la adrenalina aún a flor de piel y todos listos para más, nadamos tranquilos hacia nuestro destino final. Nos esperaba el último reto: el salto más grande del día. Pero primero, teníamos que trepar por las rocas, poniendo a prueba nuestras habilidades de escalada antes siquiera de pensar en el salto.

Esta vez, el trío decidió que una simple inmersión con lápiz no era suficiente; no, ¡los saltos mortales hacia atrás estaban en la agenda!
KT, sin pensarlo dos veces, se lanzó a toda velocidad y fue el primero en lanzarse al agua mientras los chicos observaban la zambullida. Cuando estuvieron listos, se lanzaron uno a uno, en una impresionante demostración de coraje y habilidad. Luke, mientras tanto, siguiendo el ejemplo de KT, mantuvo la técnica de lápiz, demostrando una vez más que no se dejaría vencer por el miedo.
Un último salto, y llegó la hora de regresar. Tras una impresionante caminata por los acantilados, en cuestión de minutos, regresamos al punto de encuentro de la mañana. Tras una breve sesión informativa, llegó el momento de devolver el equipo y volver a casa.
Lo que hace especial al coasteering es la forma en que te sumerge en el paisaje ibicenco. Te mueves con fluidez entre la tierra y el mar, trepando por rocas escarpadas, nadando entre arcos ocultos y lanzándote desde imponentes acantilados. Es una actividad física intensa que logra el equilibrio perfecto entre aventura y accesibilidad.
Con guía experta y un grupo de apoyo, es una actividad ideal tanto para principiantes como para aventureros experimentados. Muchos de los que llegan convencidos de que jamás saltarían desde diez metros se encuentran haciendo precisamente eso, saliendo a la superficie con una gran sonrisa y un gran orgullo.
Para aquellos que buscan una aventura emocionante, el coasteering es un recordatorio de que la belleza natural de Ibiza es tan emocionante como su vida nocturna: una mezcla de adrenalina, paisajes impresionantes y pura diversión que se encuentra entre las experiencias diurnas más agradables de la isla.
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PALABRAS | Luke Botting