Álbum del mes | Charlotte de Witte por Charlotte de Witte

Artista: Charlotte de Witte
Título: Charlotte de Witte
Sello: KXTNT
Lanzamiento: 7 de noviembre

Suena a: Una firme declaración de arte por parte de una productora que podría haber optado por el éxito comercial, pero eligió no hacerlo.

Charlotte de Witte

Cuando irrumpió con fuerza en la escena pública en 2018-19, se informó que Charlotte de Witte ofreció más de 130 actuaciones en un solo año. Aunque admirable, la hazaña era claramente insostenible. Apenas se convirtió en la artista revelación, surgieron preocupaciones sobre el agotamiento e incluso la explotación.

Ese año en Ibiza, fue cabeza de cartel de la IMS Grand Finale y su presencia se hizo notar desde DC10 hasta Amnesia. La industria había encontrado a su nueva musa: «la gran joven promesa del techno». Y con el apoyo llegó la reacción negativa: una pesada carga de resentimiento y desprecio, proveniente de una industria que aún se resistía en gran medida a afrontar su problema de sexismo.

En 2022, Charlotte optó por un enfoque diferente. Ese verano ofreció una única actuación como cabeza de cartel en Hï Ibiza, en una fiesta que llevaba su nombre. Es la misma estrategia que vimos repetir este año: una única actuación en la isla en colaboración con TNL, esta vez en el flamante club [UNVRS] del grupo.

Más recientemente, Charlotte se coló entre los diez primeros en la prestigiosa encuesta Top 100 DJs de DJ Mag. Su noveno puesto la convirtió, una vez más, en la artista de techno mejor clasificada.

Nunca antes una artista de música techno había parecido tan dispuesta a dar el salto a la corriente principal. La pregunta clave es: ¿se arriesgó con su primer álbum?

Charlotte de Witte

Si buscas un momento de adaptación, este no es tu sitio. Aquí no hay pausa ni transición suave. Olvídate de intros sin ritmo. Desde el momento en que le das al play, la gravedad se suspende y nos catapultan de cabeza al ataque techno característico de las sesiones de Charlotte.

En ese sentido, Charlotte no se presenta como algo que no conozcamos. El álbum es un reflejo fiel de su arte como DJ. Eso, sin duda, atraerá de inmediato a su numerosa legión de fans. En las notas del álbum, la productora escribe: «Es crudo. Es real. Es quien soy». Hasta ahora, no ha habido mentiras.

Resulta más difícil estimar si esta audaz declaración de autonomía podrá atraer a nuevos seguidores.

Históricamente, el techno bailable no suele atraer a un público más casual. Aunque la imagen y la marca de Charlotte parecen indicar que se inclinan hacia un terreno más comercial, en última instancia, es un camino que ha decidido evitar en esta etapa de su carrera.

Solo por eso, Charlotte, tan a menudo blanco injusto de puristas autoproclamados/trolls crónicos de internet (táchese lo que no proceda), debería obtener un merecido reconocimiento por parte de un sector demográfico que en el pasado fue demasiado rápido en desestimar su talento.

No es que nos hagamos ilusiones. Los incels seguirán siendo incels, pero esta toxicidad podría querer disfrazarse bajo la apariencia de control de acceso. Los "ciudadanos preocupados" de su propio rincón nefasto de internet.

Desde sus primeros lanzamientos con su nombre real, Charlotte ha defendido la funcionalidad de sus producciones. Y aquí no hay cambios. Es música para bailar sin parar en la pista de baile. No es especialmente compleja, ni falta que hace.

Es música que encaja a la perfección en espacios industriales o grandes recintos; donde fuera hace un frío penetrante, pero dentro arde como un horno. Muy parecido a la presentación de su reciente álbum en Sugar Factory durante la semana del ADE, un ejemplo que aún tengo muy presente.

Como conjunto de obras, Charlotte de Witte está impregnada de acidez. El tema inicial, "The Realm", lo demuestra (y me hizo rebuscar en mi colección de discos para redescubrir el tema "Roar" de Patrice Bäumel/Adana Twin, de 2018).

La estética synthia futurista continúa en "Become", "Domine" y "After The Fall". Esta última incluye un breakdown que realza la voz de contralto de Lisa Gerrard, vocalista de Dead Can Dance, tan sublime como la mejor música trance operística de antaño.

Con sus cánticos rituales, "Vidmahe" podría complacer a la comunidad psytrance, mientras que la pieza que desentona en el álbum, si hubiera que elegir una, es sin duda "Higher": una divergencia a mitad del título que explora el ritmo roto. Esto será bienvenido o resultará fuera de lugar, según tu estado de ánimo o gusto.

Con la fluidez lírica de Comma Dee, "The Heads That Know" es el culpable con más probabilidades de protagonizar una invasión inesperada de las listas de éxitos. Si te gustaron los recientes lanzamientos de Chris Lorenzo, Max Styler y Audio Bully, como "London's On Fire" o "Is Everybody Having Fun?" de Gorgon City y John Summit, no te los pierdas.

Algunos seguidores podrían sorprenderse al saber que Enrico Sangiuliano, prometido de Charlotte y con quien ha compartido cabina o estudio en numerosas ocasiones, no aparece en ninguno de los once temas. Aunque su ausencia es notoria, refuerza la esencia del álbum: se trata de la "identidad sonora de Charlotte de Witte en su totalidad", sin diluciones ni concesiones.

¿Quién mejor para resumirlo que la propia Charlotte?

"Soy una chica de discoteca, y siempre lo seré. Este es un auténtico álbum de DJ. Con cada tema de este disco me dan ganas de bailar". No hay discusión. Ignora lo que dicen los trolls. Charlotte de Witte es la chica que plasmó la escena, que podría haberse lanzado al éxito comercial, pero prefirió no hacerlo.

Los temas más destacados: "The Realm", "Vidmahe", "The Heads That Know", "After The Fall"

Charlotte de Witte sale hoy, viernes 7 de noviembre, y ya está disponible para escuchar en streaming y comprar en todas las plataformas reconocidas.